sábado, 30 de mayo de 2015

La Vía Turonense II París I

Llevo mucho tiempo – demasiado – inmerso en lo que puede llamarse crisis de creación. Puede incluso que mis “creaciones” hayan sido simplemente unas crisis en mi vida de inactividad, y hoy que querría brindar simplemente unas líneas en honor y en memoria de una amiga que se ha pasado su vida creando para otros nombres, entre ellos el mío, no acabo de hallar la fuerza ni la excelencia que le debo a ella, a Elsa Aguiar
.
Cuando te conocí, hace poco más de tres años, ya estabas enferma, aunque yo tardé en saberlo y aún más en asimilarlo. Tu energía y tu ilusión me ocultaron ese tumor cruel detrás de una profesionalidad y un humor envidiables. Aunque nuestra relación fue sobre todo epistolar, tuve la ocasión también de conocerte en persona, de charlar y de beber y de soñar contigo. Trabajamos con un libro serio, duro y triste, pero esperanzador. Y volvimos a encontrarnos en los paisajes de mi infancia con imágenes oscuras y experiencias inquietantes bañadas en amor. Amor y esperanza, querida Elsa, es hoy lo que nos queda.

No te olvidaremos nunca, Elsa. Acuérdate de nosotros.

El Camino de Santiago en París I

La Tour de Saint Jacques


Ya en la Edad Media París era una de las ciudades más grandes de Europa y punto de reunión para gentes de muchos lugares. Prueba de ello es lo que hoy conocemos como la Tour Saint-Jacques o Torre de Santiago.

En la actualidad esta torre exenta se levanta sobre un espacio verde, fruto de las remodelaciones de Haussmann y Napoleón III, pero se construyó en el siglo XVI como campanario de una antigua iglesia, la de Saint-Jacques-de-la-Boucherie, templo edificado, según el autor del Códice Calixtino, por el emperador Carlomagno, como no.

Ese dato histórico no parece muy probable, como tampoco el que la devoción a Santiago estuviese tan extendida en el París del año 800, pero al menos nos sirve para saber que la iglesia existía en el siglo XI, cuando Aymeric Picaud hizo tal afirmación.
Allí se reunían los peregrinos parisinos y aquellos otros que llegaban a la ciudad desde otros múltiples lugares, para oír la misa y partir hacia el sur, comenzando a descontar pasos de las cuatrocientas leguas exactas que decían separara el templo de la sede compostelana.














En la actualidad, quizá por la globalización o por los avances en los medios de transporte y de comunicación. la distancia entre París y Galicia parace haberse reducido notablemente.




El lector instruido sabrá que allá por el 14 de julio de 1789 los franceses se revolucionaron con especial ímpetu en lo que hoy se denomina Plaza de la Bastilla, apenas a quinientos metros en línea recta de la Torre de Santiago.

Y los franceses podrán ser eficientes, pero nadie podría acusarlos de rápidos si consideramos que la iglesia de Saint-Jacques de-la-Boucherie no ardió hasta 1799. No queremos ser chovinistas, pero diez años para avanzar medio kilómetro incapacita a los incendiarios franceses para actuar en las fallas más modestas de la Comunidad Valenciana.


Cabe destacar que el edificio incendiado a finales del XVIII era de estilo flamígero, lo que puede explicar que ardiese con tanta facilidad.

El esbelto campanario está rematado por una estatua de Santiago Peregrino, que eleva la altura de la torre a casi 58 metros. Las otras esquinas de la terraza están decoradas con los símbolos de tres evangelistas: San Marcos, San Lucas y San Juan. Ignoramos si en la iglesia de Saint-Jacques-de-la-Boucherie las lecturas canónicas del evangelio de san Mateo fueron sustituidas por las apócrifas del protoevangelio de Santiago.






La torre cobija en su base otra estatua de Blaise Pascal, en memoria de que este físico se dedicó a hacer experimentos en la torre para demostrar el peso del aire.
Resulta extraño que en nuestros días no se le haya ocurrido a nadie poner un tenderete para vender aire al peso.









En 1965 España ofreció a la ciudad de París una placa conmemorativa para colocarse en el basamento de la torre, que dice así: "De este lugar, donde se elevaba la iglesia de Saint-Jacques de la Boucherie partieron durante siglos millones de peregrinos de todas las nacionalidades hacia la tumba del Apóstol Santiago en Compostela".

Como muestra de la importancia de este lugar se puede mencionar la colección de sellos de correos editada en España en 1971. Los motivos que componen la serie completa son hitos del Camino de Santiago, en el que se incluye uno que representa el monumento parisino.

Es en este lugar donde el peregrino entabla amistad con un cofrade que inicia su peregrinación. Se trata de una imagen diminuta, milagrosa y articulada, que, pasito a pasito, tiene la intención de postrarse ante el sepulcro compostelano. Dice llamarse Jakob Madelmann, o James Madelman, o Jacques Madelhomme por hallarse en tierra francesa, pero prefiere darse a conocer en la lengua universal de la cristiandad como Jacobus Madelhomus. Puesto que el peregrino se expresa mejor en la más cristiana de las lenguas, duda si llamarle Santiago Madelhombre, o Jacobo Madelmortal, o Diego Prójimo, o Yago Peregrino, o Jaime Madelmacho, así que finalmente opta por referirse a él como Santi Romero.






Recorrerán juntos muchas leguas.



Elsa, tienes un puesto en el Monte Parnaso.