miércoles, 21 de agosto de 2013

Historia de las peregrinaciones jacobeas



Historia de las peregrinaciones jacobeas

           
Nada o muy poco se sabe de las peregrinaciones en los primeros años que siguieron a la invención del sepulcro. Es de suponer que los primeros peregrinos serían asturianos en su sentido amplio, es decir españoles de los que habitaban los dominios de aquella monarquía. Desde allí la costumbre de la peregrinación se extendería a los otros territorios cristianos peninsulares  (reino de Pamplona y condados aragoneses y catalanes), así como a los mozárabes, los cristianos que vivían bajo dominio musulmán. Aunque también es posible que la peregrinación se extendiese antes a Francia que a estos territorios, ya que los reyes asturianos procurarían acercarse más al poderoso vecino del norte.

            En el año 951 está documentada la primera peregrinación extranjera. Compostela recibe la visita del obispo de Puy, Gotescalco, acompañado por numeroso séquito. De ello da fe en un manuscrito un monje de la abadía riojana de San Martín de Albelda, llamado Gómez.
            Poco después del 951 peregrina el obispo de Reims, Hugo de Vermandois.
            El hecho de que poseamos documentación de estos personajes no quiere decir que no hubiese peregrinos franceses anteriores, sino que habrían pasado desapercibidos por no poseer títulos nobiliarios o eclesiásticos.


            A fines del siglo X la peregrinación decae ligeramente debido al terror milenarista, encarnado en España por la figura de Almanzor.
            En el año 997 Almanzor arrasa Compostela y sólo se salva el sepulcro apostólico, que el caudillo musulmán no se atrevió a profanar.
            El obispo de Iria Flavia, Pedro de Mezonzo, inicia inmediatamente la reconstrucción de la iglesia y la fortificación de la ciudad.


            En estos tiempos el Camino en España no presenta mucha seguridad para los peregrinos. El territorio que se extiende entre el Duero y la Cordillera Cantábrica es tierra de nadie y se ve sometido a continuas razias por parte de guerreros moros y cristianos. Muchos peregrinos acuden a Compostela por la ruta del Norte, atravesando las actuales Comunidades Autónomas del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. Sin embargo, otro peligro acecha a los viajeros que caminan por esta estrecha franja costera: los vikingos, que atacan inesperadamente puertos de mar y en ocasiones se adentran en el interior, matando y saqueando a quienes encuentran.



Los siglos del románico



El siglo XI supone un gran auge para el desarrollo de las peregrinaciones a Compostela, en gran parte debido a la Orden Benedictina de Cluny, que construye monasterios en los caminos de peregrinación franceses y españoles. Es precisamente el tercer rey de Castilla, Alfonso VI, el introductor en sus reinos del rito romano, en sustitución del mozárabe. Los encargados de llevar a cabo esta reforma serán también los benedictinos de Cluny. Gran promotor de la peregrinación es también el obispo de Santiago Diego Gelmírez. Gelmírez fue además el inspirador de un documento de valor inapreciable para la historia de las peregrinaciones, el "Registrum Venerabilis Compostellanae Ecclesiae Didaci Secundi", que, desde tiempos del padre Flórez (siglo XVIII) se conoce con el nombre de "Historia Compostelana".


            Es en este siglo XI cuando se fija la ruta que siguen los peregrinos franceses y europeos hasta Santiago. Desaparecido el Califato de Córdoba, los reinos cristianos  se extienden hacia el Sur y queda asegurado todo el valle del Duero, territorio que los reyes de Castilla y de León harán lo posible por repoblar. La llegada de peregrinos francos, nombre que se da genéricamente a todos los transpirenaicos, supondrá un gran avance en este sentido. Los reyes aragoneses, navarros, castellanos y leoneses otorgarán privilegios especiales a los francos que se asienten en sus territorios. Eran buenos tiempos para los inmigrantes.

            En el siglo XII continúa imparable el avance de la peregrinación jacobea. Un gran impulsor en este siglo fue el papa Calixto II, que había sido abad de Cluny.
            También en el siglo XII se funda la Orden Militar de Santiago (1170), en la ciudad de Cáceres, que se ocupará de proteger a los peregrinos en su ruta hacia Compostela
            Se calcula que durante la Edad Media, en los momentos de mayor esplendor de la peregrinación, peregrinaban anualmente a Compostela entre los 200.000 y los 500.000 cristianos de todo el mundo.

            Las peregrinaciones supusieron para los reinos cristianos españoles un gran desarrollo económico y cultural, pues los peregrinos arrastraban con ellos la actividad comercial y el Camino de Santiago se convirtió en un eje comercial de suma importancia, de manera que los reyes se encargaron de hacerlo pasar por las ciudades más importantes de sus reinos, que conocieron un alto desarrollo en esos siglos. Los peregrinos también actuaban como transmisores de cultura, trayendo a España las novedades artísticas y de pensamiento europeas y llevando a Europa las peninsulares.




Los siglos del gótico



        Las peregrinaciones decayeron ligeramente en los siglos del gótico, especialmente a partir del siglo XIV, y mucho más a partir del Renacimiento.
           La decadencia del Camino en la Baja Edad Media se puede explicar por tres razones fundamentales:
            - Las grandes epidemias y especialmente la peste negra que azotan a la población europea en el siglo XIV.

            - La guerra de los Cien Años en territorio francés, que se extiende por Castilla en tiempos de Pedro I, llamado el Justiciero mientrás reinó y el Cruel, cuando dejó de hacerlo.


            - La expansión de los territorios cristianos en la Península Ibérica. La conquista de Andalucía por los castellanos, hace que el eje económico Este - Oeste del Camino de Santiago pierda importancia en beneficio de otro Norte -Sur (Burgos - Valladolid - Toledo - Sevilla). Es fácil de apreciar en las construcciones del nuevo estilo artístico, el hispano-flamenco.



Guerras y epidemias hicieron poco seguro el Camino, donde resultaba fácil encointrar a la muerte agazapada en cada recodo. En la imagen, un esqueleto degolla y despoja a un peregrino, detalle de El trinfo de muerte, de Brueghel el Viejo (Madrid, Prado)




La Edad Moderna



A partir del Renacimiento, la corriente filosófica del Humanismo resultó poco proclive a la adoración de reliquias y a las peregrinaciones en general. A esto hay que añadir la Reforma protestante, que dividió a Europa en dos bandos opuestos y que hizo que muchos hombres naturales de países que antes habían sido católicos, abandonasen la peregrinación. El hermetismo de España a causa de la Inquisición y la Leyenda Negra, que surge en el reinado de Felipe II, no ayudaron a hacer de España un destino turístico muy atractivo.

Antonio Pérez, secretario de Felipe II, huido de su justicia tras un turbio asunto, fue uno de los mayores difusores de la Leyenda Negra. He aquí su obra, impresa en París. Parece que la capital francesa ya era por aquella época patria de exiliados y refugiados.

            Sin embargo, perduraron las peregrinaciones y en los siglos XVI y XVII se dotaron y construyeron numerosos hospitales para peregrinos. Ni siquiera las continuas guerras contra Francia mientras reinó en España la dinastía de Habsburgo, pusieron freno a la fe de los peregrinos franceses, que siguieron acudiendo en gran cantidad durante esos dos siglos, aunque ya no fuesen tan bien recibidos como en los tiempos medievales.

            En 1589 el pirata inglés Francis Drake sitió La Coruña con 14.000 hombres, y ante el peligro de que Santiago fuese asolado, el arzobispo, don Juan Sanclemente decidió esconder las reliquias en el fondo del ábside, unos tres metros más atrás.

            Los siglos XVII y XVIII suponen un ligero incremento para la peregrinación jacobea, en comparación con el siglo XVI. Es debido a la Contrarreforma católica y se deja ver en el florecimiento del arte barroco en diversos lugares del Camino, especialmente en Galicia.



La Edad Contemporánea



Pero la mayor crisis de las peregrinaciones jacobeas se produce en el siglo XIX. La irrupción del liberalismo y la revolución científica hacen que el Camino de Santiago quede limitado a una parcela de la historia y de las costumbres pintorescas de España. Las peregrinaciones caen en el olvido y sólo se ven como un elemento más del tipismo español.

 

            Es a partir de los últimos años del siglo XX, sobre todoa partir del año santo de 1993, cuando el Camino resucita y hasta se masifica, convertido para la mayor parte de los que lo recorren en una ruta turística o deportiva.
Aunque las peregrinaciones hayan aumentado notablemente en los últimos años, de la mano de este redescubrimiento cultural y apoyado por la Iglesia, así como organismos profanos, como el Estado español, la Unión Europea y las Comunidades Autónomas de Aragón, Navarra, La Rioja, Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. La Comunidad Canaria busca como loca alguna variante del trazado que haga pasar el camino por las islas.



"Pelerin", la desafortunada mascota del Xacobeo 93, que parece inspirada en Darth Vader, y que le valdría a su diseñador una pasta. Con ella se da testimonio de que el Camino ha entrado en la era de la publicidad, el marketing y el consumo. Servirá para restaurar muchas obras de arte olvidadas, pero el Camino tardará mucho en volver a ser lo que fue.







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