El Codex Calixtinus
o
Liber Sancti Iacobi
Capitulo
especial merece el libro denominado Códice Calixtino, por lo que supone de
asistencia al peregrino así como de todo lo referente a la peregrinación
jacobea medieval.
Primera página del códice calixtino, con la falsa carta del papa Calixto II, quien aparece retratado en el momento de escribirla. |
Se llama Códice Calixtino al libro material,
atribuido al papa Calixto II, que se guarda en el tesoro de la Catedral de Santiago de
Compostela desde el siglo XII. Para las copias de este códice, así como todas
las impresiones que de él se han hecho se utiliza el título de Liber Sancti
Iacobi, o sea, Libro de Santiago.
Se
trata en realidad de cinco libros encuadernados en un mismo volumen y que
tienen como temática la figura de Santiago el Mayor o la peregrinación a su
sepulcro.
A
manera de prólogo, el códice comienza con una carta del papa Calixto II "siervo de los
siervos de Dios",
dirigida a Guillermo, patriarca de Jerusalén, y a Diego (Gelmírez), arzobispo
de Santiago, en la que anuncia el envío de la obra, para que la lean y la
corrijan. Continúa la misiva papal dando datos sobre el libro que demuestran su
veracidad y santidad: "Caí en poder de ladrones y despojado de todo sólo me quedó el
manuscrito. Fui encerrado en prisiones y perdida toda mi hacienda, sólo me
quedó el manuscrito. En mares de profundas aguas naufragué muchas veces y
estuve a punto de morir, y al salir yo salió el manuscrito sin estropearse. Se
quema una casa en la cual yo estaba y consumido mi ajuar escapó conmigo sin
quemarse el manuscrito".
Los
dos primeros libros son para leer en la iglesia; los otros tres en el
refectorio, siguiendo la costumbre monástica de escuchar una lectura durante
las comidas, predecesora de nuestros almuerzos con telediarios. Este es el
contenido de la obra:
-
Libro I: Sermones y textos para la liturgia de Santiago.
-
Libro II: Colección de milagros de Santiago.
-
Libro III: Traslación del cuerpo de Santiago y leyenda de las conchas veneras.
-
Libro IV: Historia Karoli Magni, o Historia Turpini, o más
frecuentemente conocido como Pseudo Turpín, donde se recoge la ficticia
peregrinación de Carlomagno a Compostela, relatada por al arzobispo de Reims,
Turpín, que acompañó al rey de los francos en su empresa.
-
Libro V: Liber Peregrinationis o Libro de la Peregrinación.
En
esta obra se contienen muchas de las leyendas y tradiciones que se han
mantenido, a través de los siglos, en Santiago y a lo largo del Camino, como
algunos de los milagros del apóstol más populares o los himnos que se mantienen
en la liturgia y la memoria de los peregrinos.
El
libro IV, el Pseudo Turpín, puede ser el más literario y más ameno, lleno de
fantásticas aventuras que complementan las del Cantar de Roldán y suponen para
los franceses una mitología profana, próxima a lo sagrado, como veremos, sobre
todo, cuando hablemos de Roncesvalles.
Pero,
si la obra completa interesa a cualquier devoto de Santiago, el libro V puede
importar especialmente a los peregrinos. Esta parte se ha considerado como la
primera guía turística de la
Historia y en ella encontramos ya perfectamente establecidos
los caminos que, desde Francia, conducen a Santiago y que hoy conocemos con los
nombres de Vía Francígena, Camino Francés o, simplemente, Camino de Santiago.
El
Liber Sancti Iacobi nos dice que existen cuatro rutas en Francia que recogen a
los peregrinos jacobeos de toda Europa (se entiende que con la única excepción de
España, donde puede haber mil caminos diferentes) y los conducen hasta
Santiago. A estas cuatro rutas les da nombres:
1.-
Vía Turonense, la que parte de París y toma su nombre de la ciudad de Tours.
2.-
Vía Lemovicense, que se inicia en Vezelay y pasa por Limoges, que le da nombre.
3.-
Vía Podense, que comienza en Le Puy.
4.-
Vía Arlesiana, que recoge a los peregrinos en Arlés.
Las
tres primeras se unen en Ostabat, en territorio aún francés, y pasan a España a
través de Roncesvalles. La última atraviesa el Pirineo por el puerto aragonés
de Somport.
Esta
guía turística ofrece al lector, de una manera un tanto desordenada para el
punto de vista actual, la información que el autor considera importante para
los peregrinos. Desde luego, no es una guía en el sentido que hoy daríamos a la
palabra y con ella el macuto nos sentiríamos más perdidos que el Minotauro
fuera de su laberinto.
La
mayor información la da acerca de la propia Francia, que parece conocer
bastante mejor que España, y sobre la ciudad de Santiago, o mejor dicho sobre
la basílica. Su lectura nos transmite importantes datos sobre la fábrica
románica, en un momento en que aún no se había construido el Pórtico de la Gloria y, mucho menos,
todas las obras barrocas que hoy enmascaran el templo.
Así
como para un turista del siglo XXI los datos de mayor importancia en una guía
pueden ser los monumentos y museos a visitar o los hoteles y restaurantes, para
un peregrino eran y deberían seguir siendo las reliquias de santos que se
hallaban en el camino que había de recorrer hasta su meta. Así como los
restaurantes y tabernas nos ponen hoy en contacto con la meta gastronómica que
buscamos, en aquellos tiempos eran estas reliquias las que les acercaban a la
meta espiritual que anegaba Europa y que ahora muchos europeos buscan en la India y otros lugares de
Oriente, a los que consideran amos de la espiritualidad, sin pararse a
considerar las similitudes no sólo entre las doctrinas cristiana y orientales,
sino también entre los vicios y virtudes del clero budista o los santones
hindúes y los benedictinos o cartujos.
También
habla el Liber Sancti Iacobi de los ríos que atraviesa el camino y de la
calidad de sus aguas, así como de las características de las tierras y gentes
que se pueden encontrar en la ruta, denunciando los abusos de posaderos,
barqueros y señores feudales sobre los peregrinos.
Sobre el autor.
No
se sabe si Diego Gelmírez o alguien de su cabildo se llegó a creer que el libro
había sido compuesto por su benefactor el papa Calixto, pero desde que la
historia empezó a considerarse como ciencia, incluyendo en ella los libros,
objetos y sentimientos religiosos, nadie especula siquiera con la posibilidad
de esa autoría y todo parece indicar que el autor no es otro que un tal Aymeric
Picaud, donante del códice a la iglesia compostelana.
De
este Aymeric se sabe bien poco, por decir algo. Procedía del Poitou y era
clérigo. Es más o menos lo que podemos decir del Arcipreste de Hita, y de los
dos es fácil suponer que, salvando las distancias temporales, se dedicaban a lo
mismo: a pasarlo bien y vivir del cuento. Aymeric Picaud fue, con bastante
probabilidad, un goliardo, uno de esos clérigos vagantes, predecesores de la
tuna compostelana, que se ganaban la vida contando y cantando historias por los
caminos o perpetrando timos como el del Codex Calixtinus. Era, sin duda, un
hombre de amplia cultura y conocedor de la curia romana, a la que seguramente
habría tratado en el curso de una peregrinación. Parece que también había
peregrinado a Jerusalén y seguramente a todos los santuarios que, como casinos,
podían reportarle algún beneficio, sin duda un personaje interesante y
encantador del que sólo la imaginación podría proporcionarnos una biografía.
Lo
que también está claro es que de haber funcionado en la Edad Media el mundo
empresarial, Aymeric se habría forrado, pues su obra fue un auténtico
best-seller. En 1172 un monje catalán copió el manuscrito y por la misma época
se realizan copias para Bélgica y Francia, especialmente del libro IV, el
"pseudo Turpín", del que en la actualidad se conservan más de
cincuenta copias en toda Europa y traducciones hechas a las incipientes lenguas
del continente. Los más prestigiosos hagiógrafos y teólogos de los siglos
posteriores mencionarán constantemente el libro del papa Calixto cada vez que
se refieran a Santiago el Mayor.
Ultreya
La
palabra "ultreya" se ha convertido en sí misma en una consigna entre
jacobípetas, algo así como una contraseña que los identifica y que les renueva
el ánimo. Incluso en un lugar tan alejado del camino Francés como el madrileño
barrio de Salamanca hay un bar y restaurante que atiende por este nombre,
seguido por el subtítulo de "Cocina jacobea" o algo similar. Allí
estuve una vez con Mariano, cuando, peregrinos en una noche oscura, no
hallábamos ningún santuario que diera alivio a nuestra sed.
Esta
palabra, de origen desconocido, forma parte de una de las partituras que se
recogen en el Liber Sancti Iacobi, que se conoce normalmente como el canto del
ultreya o con su primer verso: Dum Pater Familias. Parece que de entre
todas las canciones de peregrinos, este cántico fue el más emotivo, el que los
jacobitas entonaban con más frecuencia en los momentos de mayor dificultad o de
mayor alegría y, redactado en una especie de esperanto, que parece mezclar
latín con alemán y bable, entonaban el estribillo:
Herru Sanctiagu
Got Sanctiagu
E ultreya
e suseya
Deus aia nos (este verso aparece en otras versiones con la palabra "aia" trocada en "adiuva", es decir "ayuda", más correcta en latín.
Me
resulta fácil suponer que estos versos los entonaban los peregrinos en
situaciones tan diferentes como cuando se veían sorprendidos por una tormenta
de nieve y se confundían los aullidos del viento y de los lobos mientras
ascendían al terrible Somport, o cuando, recién aseados en Lavacolla, llegaban
a la cima del Montjoie (o Monte del Gozo, que antes que en castellano o gallego, tuvo nombre en francés) y
divisaban con lágrimas en los ojos, después de tantísimos sufrimientos, la
silueta de las torres de la catedral compostelana. Estos son los instantes, que
podríamos llamar "momentos ultreya", esos en los que parece imperioso
invocar la ayuda divina o en los que no le queda al peregrino más remedio que agradecer
a Dios una fuerza y una resistencia que nunca hubiese creído que pudiese anidar
en su interior.
Herru Sanctiagu, Señor
Santiago,
Got
Sanctiagu, Gran
Santiago,
Eh, ultreia, Adelante,
ea,
Eh, sus eia. Arriba,
ea.
Deus, aia nos! ¡Dios,
ayúdanos!
Dum Pater familias Mientras
el padre de familia,
Rex universorum rey
de todos,
donaret provincias dio
a las provincias
ius apostolorum, el
derecho de los apóstoles,
Jacobus Yspanias Santiago
alumbra como luz
lux
illustrat morum. de las costumbres de
España.
Primus ex Apostolis El
primero de los apóstoles
Martir Jerosolimis. el
mártir de Jerusalén
Jacobus egregio Santiago
está consagrado
sacer est martyrio. sagrado
martirio.
Jacobi Gallecia Galicia
implora a Santiago
Opem rogat piam su
piadosa ayuda,
Glebe cuius gloria cuya
gloria abre al pueblo
Dat insignem viam, una
insigne vía,
Ut precum frecuentia para
cantar melodías
Cantet melodiam. la
abundancia de sus súplicas.
Primus ex Apostolis El
primero de los apóstoles
Martir Jerosolimis. el
mártir de Jerusalén
Jacobus egregio Santiago
está consagrado
sacer est martyrio. sagrado
martirio.
Jacobo dat parium A
Santiago da gracias
omnis mundus gratis, todo
el mundo de los esposos,
ob cuium remedium con
cuyo remedio de amor
miles pietatis el
soldado es suficiente
cunctorum presidium defensa
de todos
est
ad vota satis. para cumplir sus
votos.
Primus ex Apostolis El
primero de los apóstoles
Martir Jerosolimis. el
mártir de Jerusalén
Jacobus egregio Santiago
está consagrado
sacer est martyrio. sagrado
martirio.
Jacobum miraculi Por
los milagros que se hacen
que fiunt per illum, por
el propio Santiago,
arctis in periculis que
lo aclamen
acclament ad illum, en
los duros peligros
quisquis solui vinculis todos los que esperan
sperat
propter illum. ser por él liberados
de sus cadenas.
Primus ex Apostolis El
primero de los apóstoles
Martir Jerosolimis. el
mártir de Jerusalén
Jacobus egregio Santiago
está consagrado
sacer est martyrio. sagrado
martirio.
O beate Jacobe, Oh,
bienaventurado Santiago,
Virtus nostra vere nuestra
fuerza de veras,
nobis hostes remove aleja
de nosotros
tuos ac tuere a
tus enemigos y defiéndenos
ac devotos adhibe y
has que nosotros tus fieles
nos tibi placere. te
seamos gratos
Primus ex Apostolis El
primero de los apóstoles
Martir Jerosolimis. el
mártir de Jerusalén
Jacobus egregio Santiago
está consagrado
sacer est martyrio. sagrado
martirio.
Jacobo propicio De
Santiago benévolo
Veniam speramus, esperamos
el perdón.
et quas ex obsequio y
que demos tan eximio
merito debemus, padre
las justas alabanzas
patri tan eximio que
en verdad le debemos
dignas laudes demus. Amen. por su ayuda. Amén.
Primus ex Apostolis El
primero de los apóstoles
Martir Jerosolimis. el
mártir de Jerusalén
Jacobus egregio Santiago
está consagrado
sacer est martyrio. sagrado
martirio.
En este disco aparece una buena y breve versión del Dum Pater Familias, interpretada por el coro gregoriano de la Abadía de Santo Domingo de Silos. |
En julio de 2011, el Codex Calixtinus se convirtió
en noticia una vez más. Alguien lo había robado de la cámara acorazada en que
se guarda en la catedral compostelana. El sacrílego robo podía dar que pensar
en un guión cinematográfico protagonizado por Catherine Zeta Jones y Sean
Connery, interpretando a sendos sofisticados ladrones de obras artísticas.
Inmediatamente la policía se puso a investigar, mientras que las autoridades eclesiásticas dejaban la investigación en manos de la Santa Providencia y un par de hermanos franciscanos con experiencia en asuntos escabrosos.
Fray Guillermo de Canterbury y su fiel ayudante el hermano Adso de Melk, siguiendo la pista del códice en el Pórtico de la Gloria. |
Un año después, las pesquisas
policiales daban su fruto y se recuperaba el códice, dando al traste con las
producciones de Hollywood, aunque quizá no con las del inspector Torrente. Y es
que por muy siglo XXI que sea, seguimos en España y el autor del robo había
sido un electricista empleado de la catedral.
Si se llega a hacer la película, habrá que pensar
en sustituir a Sean y Catherine
por una pareja más acorde
con la realidad española.
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