Las Cuatro Vías Jacobeas
Antes que nada habría que decir
que el Camino de Santiago tiene un final: la tumba del Apóstol en Compostela,
pero que carece de principio, porque este era, al menos en los tiempos en que
surgió, la casa de cada cual. Daba igual que uno viviese en Lavacolla o en
Moscú.
Sin embargo, el Codex Calixtinus
marca unos itinerarios, unas vías de peregrinación que van recogiendo a los
hombres que quieren visitar el sagrado sepulcro, desde donde quiera que proceda
cada uno.
Transcribimos a continuación el
capítulo primero del libro V del mencionado códice:
Cuatro son los itinerarios que conducen hacia
Santiago y que en Puente la Reina, en tierras españolas, confluyen en uno solo.
El primero pasa por Saint-Gilles, Montpellier, Tolosa y Somport; el segundo por
Santa María del Puy, Santa Fe de Conques y San Pedro de Moissac; el tercero por
Santa María magdalena de Vezelay, San Leonardo de Limoges y la ciudad de
Perigueux; y el cuarto por San Martín de Tours, San Hilario de Poitiers, San
Juan d’Angely, San Eutropio de saintes y la ciudad de Burdeos. La ruta de Santa
fe, la de San Leonardo de Limoges y la de san Martín de Tours se juntan en
Ostabat, y pasado el Port de Cize se unen en Puente la Reina a la ruta que pasa
por Somport, formando desde allí un solo camino hasta Santiago.
Está claro que el Códice
Calixtino se refiere a las vías que recorren Francia, territorio que hace de
embudo para recoger a los peregrinos de toda la cristiandad y dirigirlos hacia
España.
Tradicionalmente
se han dado nombres a estos cuatro itinerarios tomando para ello una de las
ciudades que atraviesa cada uno de ellos.
Siguiendo
el sentido de las agujas del reloj, la primera sería la Vía Turonense, que toma
su nombre de la ciudad de Tours; la segunda la Vía Lemovicense, que pasa por
Limoges; la tercera se llama Vía Podense por Le Puy y finalmente, la cuarta es
conocida como Vía Arlesiana por atravesar la ciudad de Arlés.
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